Sumergidos en una alucinante postal del centro histórico se localiza la Pachaqueer, donde se puede vislumbrar otra perspectiva del Quito libre y libertino, amalgamando con obras arte, un público diverso y su disidente propuesta del post-porno nos enseñan a apropiarnos de nuestros cuerpos, olores, deseos, placeres y pensamientos.
Cómo disfrutar de la proyección de escenas sexuales ficticias cuando realmente en el porno no nos sentimos representados porque nuestros físicos, capacidades e intereses son diferentes a los expuestos en los filmes, es la interrogante en definir qué es el post-porno.
Sin embargo el post-porno va mucho más allá de encajonar nos en practicas sexuales y nos invita a fomentar una conciencia política partiendo desde el sexo. En efecto, consiste en autosugestionarse la piel y la mente para empezar a satisfacernos con una introspección de quiénes somos y el por qué de nuestros actos:
Adicional al placer obtenido con sexo oral y el sexo anal, el post-porno nos hace reflexionar que estas practicas han sido penalizadas y juzgadas por ciertos grupos conservadores, el clero y todos esos injustos que han tratado de dominar y castigar al sexo y la sexualidad.
Con la masturbación o la bien denominada auto erotización, el post-porno también nos hace brindar autonomía a cada orificio de nuestro cuerpo y a todas las diferentes posturas personales como pueden ser; el feminismo, el aborto, el respeto para todos sin importar género y distinciones.
En conclusión la pregunta es qué viene después del porno y seguramente al respondernos se nos abrirá un mundo sin limites de nuevas mentalidades cuales desembocaran en la ampliación y deleites de nuestras practicas sexuales. Así que ven a conocer el deslumbrante discurso y vista privilegiada de la Pachaqueer sobre el post-porno junto a Las Pornógrafas.
interesante
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