JAMÁS DELINCUENTES SIMPLEMENTE MARICONES

Nacimos en un mundo de caos, opresión, torturas, muerte, desapariciones y encarcelamiento. No podíamos caminar libres por las calles porque recibíamos burlas, vilipendios y punta pies. En efecto, el Art 156 de la constitución del Ecuador penalizaba a la homosexualidad, hasta que el día 25 de Noviembre de 1997 ganamos esa cruel guerra:

Todo surgió con una acaudalada y clandestina fiesta que se realizó en un bar de la ciudad de Cuenca donde fueron apresados más de 100 hombres gays, pero como en su mayoría eran herederos de diputados por el poder corrupto fueron liberados rápidamente mientras que el pueblo seguía mancillado por las leyes y la sociedad. 

Fue así que un grupo de 25 activistas LGBT se concentro en el parque el Ejído de la ciudad de Quito para empezar una protesta pero en cuestión de segundos los uniformados llegaron con toletes y cañones a golpear la iniciativa de defender los derechos humanos. 

Y esta historia no hubiera tenido peso ni trascendencia si a esa batalla no se hubiera sumado la fuerza de unas gladiadoras, eran mujeres trans, servidoras sexuales de la calle que entregaron sus vidas y cuerpos para yo ahora poder ser libre de contar esta remembranza:

Algunas golpeadas, heridas y otras muertas yacían en la plaza de la Independencia, las imágenes dolorosas y macabras despertaron los ojos y pensamientos de muchas personas con sentimientos cuales se sumaron a ayudar; eran seres humanos sin importar su identidad sexual; heterosexuales, homosexuales, bisexuales y los pocos trans que seguían con vida se organizaron para pedir a las Naciones Unidas la revocaría de ese injusto inciso de la Constitución.

Esperando un trabajo en conjunto y equipo se necesitaba la recolección de 3000 firmas para abolir la penalización y fue cuando aparecieron los corazones de madres, hijas, hermanas, amigas, mujeres quienes sin vergüenza y tapujos dejaron su huella para dar fin a esa guerra.

En conclusión las guerras siempre deben de vivir en la memoria de las personas para que nunca vuelvan a ocurrir, por eso Las Pornógrafas comunicamos desde nuestros margenes para eliminar a los que odian, rechazan y crucifican a los que nacieron con el don de brindar color y brillo al mundo.
                                                                    Devy Andrina Grijalva.

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